CAPITULO 11


    Regresar a casa siempre es reconfortante, la sensación de cerrar un microciclo y volver con la satisfacción del deber cumplido es alimento puro para el alma. Sin embargo, al volver siempre me asalta la incertidumbre de no saber cual es mi casa, mi hogar es un espacio tan amplio y tan pequeño al mismo tiempo.

   Pienso en tantos lugares al regresar, no dejo de soñar con una cabaña en medio de la montaña, es ahí cuando mis viajes a la sierra me hacen tan feliz; respirar el aire de la montaña es oro puro.


   Aún me da miedo no saber cual es el final del camino, aún me asaltan dudas, solo espero que llegar, seas tu quien me este esperando.


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