CAPITULO 16

 


   Cada mañana despierto con el dulce sabor de tu presencia en mis sueños, tus ojos, a ratos de miel, a ratos de avellana, otras veces de ardiente azabache; en mi febril transitar por emociones tan opuestas, no logro aclarar tu imagen. Quisiera encontrar la paz de tu respuesta y darle fin a mis temores de perderte, pero es tan impactante tu mirada que me quedo sin palabras y no se como pedirte clemencia.



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